miércoles, 19 de noviembre de 2008

E-mail vs Spam




Como cada día, me dispongo a abrir mi correo electrónico. Encuentro lo de siempre: mensajes de mis amigas, e-mails de trabajos, mensajes en cadena, publicidad de viajes, de moda, de ofertas, e-mails cuyo contenido son virus, publicidad de viagra… Lo normal, lo de cada día… Sólo leo los que me interesan, el resto, evidentemente, los borro sin pensármelo dos veces.

Aunque me moleste encontrar e-mails no autorizados, ni consentidos, he llegado a acostumbrarme a esta situación. Por más que me queje o por más que grite a la pantalla van a seguir enviándome dichosos virus y e-mails de publicidad indeseada, a los que llamamos, Spams.

Estudio en el mundo de la comunicación y me fascina contemplar cómo cada vez son más las personas que adaptan sus campañas publicitarias a formatos cotidianos y personales como lo es, propiamente, el correo electrónico. Sin embargo, son muchos los que se aprovechan de la situación y envían correos pasando por alto el consentimiento de los usuarios. Se trata, sin duda alguna, de una praxis poco ética y poco profesional, que arranca la no aceptación de los receptores desembocando un “mar” de críticas generalizadas hacia el Marketing de e-mail.

No obstante, cabe decir que muchas veces el problema radica en que parte de esta publicidad (no es mi caso con los spams de viagra) se acepta inconscientemente. Es lo que los profesionales llaman, Marketing de consentimiento o permiso.
Vamos a ser francos, ¿cuántas veces has pasado por alto las condiciones de una entidad y has aceptado sin leer los detalles? En mi caso han sido muchas por el mero hecho de querer ir al grano o simplemente por pereza, y en muchas de estas ocasiones, estaba aceptando recibir publicidad comercial a diestro y siniestro. Es mejor leer antes de aceptar para que, de manera posterior, no te sorprendan con cientos de e-mails que lo único que hacen es ocupar espacio en tu bandeja de entrada.


A pesar de ello, y por lo general, el e-mail constituye una potentísima herramienta publicitaria: es económica, te permite una segmentación clara, es personalizada, te ofrece resultados inmediatos, te permite un seguimiento, implantar mejoras… En definitiva, es eficaz y accesible a todo tipo de anunciantes.

No obstante, la mayoría de emprendimientos comerciales en Internet no emplean el e-mail como soporte comunicativo y, muchos de ellos, como he comentado anteriormente, no lo hacen correctamente, desaprovechando así, su potencial.
Son muchos los que piensan que para hacer Marketing de e-mail basta con comprar uno de esos CD´s con cientos de miles y millones de direcciones electrónicas y empezar a enviar mensajes comerciales a la brava (spam), desconociendo las más mínimas normas de etiqueta en la red.

Es importante tener en cuenta, que uno de los objetivos prioritarios de toda empresa es ser capaz de construir una comunicación fluida y eficaz con sus clientes. Por ende, no sirve de nada llegar a mucha gente si ésta no está interesada en lo que hacemos.
Por ejemplo, ¿qué sentido tiene hacerme llegar publicidad de viagra?
Primero: soy joven. Segundo: mi pareja también es joven. Tercero: no tenemos dificultades para… ya sabes! Cuarto: No me interesa y de hecho me molesta recibir ese tipo de publicidad comercial. Quinta y última razón: Pero… ¿Qué se cree la gente?

Dejando de lado mi NO ACEPTACIÓN de correos de viagra, considero que para potenciar la publicidad vía e-mail se ha de tener siempre en cuenta a quién queremos dirigirnos de acuerdo con la filosofía y el producto/servicio que se ofrece. De esta manera, será el propio usuario quien busque que le envíen publicidad comercial que satisfaga sus intereses y suponga un beneficio mutuo.

Yo no soy el target adecuado para un anuncio de viagra.

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